martes, 27 de febrero de 2018

TERCER VIAJE A LA COSTA DA MORTE





TERCER VIAJE A LA COSTA DA MORTE





Desde Carnoedo nos hemos dirigido a Caión, localidad que ya visitamos en nuestro segundo viaje por este lugar mágico y maravilloso que es La Costa Da Morte. En esta ocasión nos acompañan, a Elena y a mí, Pepi y Luís que han venido desde Mataró para pasar unos días con nosotros; son un matrimonio amigo, compañeros de juventud que forman parte de esa familia que uno escoge sin que te unan lazos de sangre. Tengo el privilegio de poder disfrutar de algunos amigos que entran en ese grupo, como lo son, entre otros, nuestros compañeros habituales de viaje Mª Dolors y Domingo.

No me extenderé demasiado hablando de Caión pues lo hice en mi reportaje "Segundo Viaje a La Costa da Morte", aún así no está de más incluir alguna fotografía  y comentario en este viaje.
Al estar en Caión se hace casi obligatoria una visita a la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Socorro donde se venera durante todo el año a La Virgen de Los Milagros. Desde este lugar, cada año, el domingo anterior al 8 de septiembre o en esa misma fecha si coincide con el último día de la semana, la Imagen es trasladada hasta su Santuario en una multitudinaria Romería. Se sea o no creyente estas celebraciones forman parte de las tradiciones de los pueblos que es bueno respetar y ¿porqué no? hasta participar de ellas.




Tras la visita a La Virgen de los Milagros, damos un breve paseo por este pintoresco pueblo, para que Pepi y Luís que no lo conocían puedan descubrir  todo su encanto. Lejos, afortunadamente, quedan los días  en que la industria ballenera tenía aquí uno de sus puertos y ahora estos cetáceos pueden pasar cerca de estas costas sin peligro de ser arponeadas.



Al fondo de las siguientes fotografía pueden verse la Villa de Malpica y Las Illas Sisargas .


Una última fotografía desde el Mirador próximo al Santuario para despedirnos de Caión, parroquia del Concello de Laracha.


Nuestro siguiente destino será La Lagoa de Baldaio, ya en el Concello de Carballo, merece la pena que Pepi y Luís la vean y disfruten de su singular belleza.










El día, sin ser totalmente despejado, está más claro que en nuestra anterior visita y eso permite disfrutar con mayor nitidez de los paisajes de este entorno único, bien cuidado en general. Siempre queda la huella del paso de algunos desaprensivos que tiran su basura fuera de las papeleras que como se dice con las meigas, "habelas hailas" y deben de ser utilizadas.

Malpica, ya en la Comarca de Bergantiños, nos recibe con fiesta. Damos un breve paseo por el puerto, por el centro de la población y la Playa Mayor desde la cual se divisan, muy próximas, Las Sisargas y la Ermita de San Hadrían que está frente a ellas.






Antes de dejar Malpica pasamos por la Panadería Labrador de cuyo horno, según he leído, salen unas empanadas que algunos consideran de las mejores de Galicia. Compramos empanada y también pan de huevo, un dulce parecido al roscón de reyes que nos recomiendan como algo especial. Como he dicho antes, están en fiestas y los clientes hacen cola para llevarse los productos de esta panadería la cual abastece  también a otros comercios de la zona. Nosotros reservamos lo que hemos comprado para la cena.



El Faro de Punta Nariga se encuentra en la localidad de Barizo, dentro del Concello de Malpica. Para llegar a él cogemos la carretera comarcal que va de Malpica a Ponteceso. A siete kilómetros, a la derecha, encontramos la entrada de Barizo y un  indicador para llegar al  Faro; en total recorreremos unos doce kilómetros, los últimos cinco por una carretera estrecha, sinuosa y con cambios de rasante a mi se me hacen eternos. Afortunadamente (esto se repetirá a lo largo del día en otros lugares que visitaremos) no nos cruzamos con ningún otro vehículo durante el trayecto y llegamos sin novedad.
Este faro se asemeja a la proa de una embarcación adentrandose en el mar. Es obra del arquitecto gallego Cesar Portela (Premio Nacional de Arquitectura) quien sin olvidar  los efectos prácticos de esta construcción le dio un diseño vanguardista que en mi opinión tiene una indudable belleza. Fue inaugurado en 1998 y su altura alcanza los 39 metros.



No es un día en el que el mar esté enfadado por lo que las olas llegan a la orilla suavemente. No obstante, en días de temporal, Punta Nariga, es un buen sitio para darse cuenta de la bravura  con la que el océano  puede batirse en estas costas. 
Desde el mirador, situado en la entrada del  la torre del faro la vista es esplendida; podemos divisar al norte, la costa que llega hasta Malpica y Las Sisargas y por el sur, La Punta del Roncudo en Corme, lugar que visitaremos por la tarde.






El paso del tiempo y los fenómenos atmosféricos han ido erosionando las rocas en Punta Nariga dando a muchas de ellas curiosas formas que cada uno interpreta según su imaginación.






Va siendo hora de pensar en comer, lo haremos en Ponteceso. Desandamos el camino, que ahora me parece más corto, hasta Barizo,  y desde allí retomamos la misma carretera por la que habíamos llegado desde Malpica. 


Ponteceso, cuyo  nombre toma el Concello, es una pequeña población situada en la desembocadura del Río Anllóns. Aparcamos el coche en el Paseo Fluvial junto a la Praza del Relleno y, asesorados por un taxista, nos dirigimos a un restaurante cercano para comer. Nos atienden bien y tomamos un menú por  10 euros bastante correcto. No anoté el nombre del local pero por si alguien quiere encontrarlo  está en la misma plaza en la carretera de Carballo.
La Praza del Relleno, sin ser nada extraordinario, tiene su encanto. En ella se ha colocado un monumento dedicado a los gallegos que desde la emigración trabajaron sin olvidar su patria chica y contribuyeron con sus ahorros a mejorarla.



Complementan la decoración de esta plaza el Cruceiro de la primera fotografía y un monolito con la inscripción de unas estrofas de la composición poética de Eduardo Pondal "Campanas de Anllóns" :

Campana, se polo verán
ves lumiar na Ponte-Ceso
a cachela de San Xoan,
dille a todos que estou preso
nos calabozos de Orán.

Campana, si durante el verano
ves arder en Ponte-Ceso
la hoguera de San Juan
díles a todos que estoy preso
en los calabozos de Orán.





Eu nacín en agreste soedade,

eu nacín cabo dun agreste outeiro,

p´ronde o Anllóns,

con nobre maxestade,

camiña ó seu destino derradeiro.

Eu non nacín en vila nin ciudade,

mas lonxe do seu ruído lisonxeiro:

eu nacín cabo de pinal espeso,
eu nacín na pequena Ponte-Ceso.

Nací en una naturaleza agreste,
Nací en una agreste colina,
hacia donde el  Anllóns,
con noble majestad,
camina hasta su último destino
Yo no nací en villa ni ciudad,
sino lejos de su ruido halagador:
Nací al lado de un espeso pinar,
Nací en el pequeño Ponte-Ceso.




Otro monolito, situado junto a la casa familiar del escritor, recuerda el lugar de nacimiento del mismo. Había leído algo de Pondal, había escuchado el Himno Gallego, en los albores de la transición en la Plaza del Obradoiro en Santiago, me había emocionado con esos versos cantados por la multitud de los cuales, él, es el autor y he acabado de entender la belleza de lo que escribía conociendo los paisajes de Bergantiños que Eduardo Pondal tanto elogió a través de su pluma.



Desde la casa donde  nació y vivió Eduardo Pondal salimos de Ponteceso para visitar dos excepcionales miradores muy cercanos, el de Monte Faro y el de Monte Branco.
Tomamos la carretera que lleva a Corme y a unos pocos kilómetros, a la derecha, encontraremos el indicador de Monte Faro. Se trata de un lugar en el que hay una ermita dedicada a La Virgen del Faro junto a la que se eleva una torre monumento dedicada al Sagrado Corazón de Jesús. En su base podemos ver las imagenes de San Ricardo, San Xulián y Santiago Apóstol junto a la Virxen do Faro.




Esta torre impresiona con sus 39 metros de altura (curiosamente los mismos que el Faro de Punta Nariga y desde el exterior da la impresión de estar en movimiento, sensación que se acentúa si uno sube por la escalera de caracol que lleva hasta lo alto. Solamente Pepi se atreve a coronarla y saludar desde arriba, Elena y Luis suben pero se rinden ante los últimos escalones, hechos con hierro anclado a la pared. Mientras ellos están dentro de la torre yo me dedico a hacer fotografías del paisaje que se domina desde este lugar, algo que me parece más seguro.
La torre fue construida entre 19558-1959, si mis datos son correctos, y sufragada por Ricardo Pose Ourens que hizo fortuna en la emigración.



La Capilla, según pone en una inscripción en su fachada, fue construida en 1731. Cada 8 de septiembre se celebra una romería el la que las gentes de Brantuas, parroquia en la que se ubica, acuden a mostrar su devoción a la Virgen. Los romeros mojan sus pañuelos en la fuente y después de mojar sus verrugas y otras partes del cuerpo los dejan allí esperando que se produzca el milagro y sus dolencias curen. Otra tradición es la de "Vira-la tella" que consiste en voltear una teja de la capilla para cambiar las condiciones atmosféricas y facilitar con ello la navegación de las embarcaciones.
Desde aquí tenemos unas estupendas vistas sobre La Costa da Morte y la Comarca de Bergantiños.






Volvemos a la carretera que une Corme y Ponteceso y tomamos el cruce a la playa de Balares, en la misma, a la derecha vemos el indicador del Monte Branco. En pocos minutos, por una carretera empinada y en no muy buen estado, estamos en la cima situada a poco mas de 200 metros sobre el nivel del mar.



Este monte toma el nombre de su duna rampante (ascendente) cuya arena blanca sube hasta unos 150 metros empujada por los vientos del suroeste. Me había informado sobre el lugar y visto fotografías pero la sensación que tuve al llegar arriba y contemplar el paisaje fue única. La belleza del Estuario que forma el Río Anllóns en su desembocadura, la Ensenada de Insua y la vista de las Rías de Corme y Laxe, todo ello se puede ver en conjunto, es algo inconmensurable. Es la fotografía soñada e irrealizable, a no ser que se haga desde el aire, que uno se lleva en la retina y en el subconsciente. Siempre me quedo con deseos de volver a los lugares que visito pero nunca tanto como en esta ocasión.
Las fotografías que hice son solo un apunte de algo tan hermoso que solo se aprecia en toda su magnitud visitándolo.











 Corme es una población marinera famosa por sus percebes, se dice que los que se cogen en la Punta del Roncudo y sus aledaños son los mejores del mundo. Aquí se celebra cada verano la Fiesta del Percebe  que reune multitud de visitantes para degustar el preciado molusco.
Camino del faro encontramos el Monumento al Percebeiro, una de las profesiones más arriesgadas del mundo marinero, imposible de realizar si no se tiene una verdadera vocación. Sin ella no hay dinero que pague el riesgo y las inclemencias a  que se ven sometidos estos trabajadores del mar.


En las cercanías del faro de La Punta del Roncudo, cruces fijadas a las rocas recuerdan a los que perdieron la vida faenando en el mar.





Hemos tenido una tarde intensa disfrutando de estos rincones de La costa da Morte, es hora de retomar el camino hacía Ponteceso pero aún haremos una parada, en el lugar de Gondomíl, para contemplar una de las curiosidades de estos lares, La Pedra da Serpe.



Se trata de una roca en la que se puede ver, labrada, la figura de una serpiente alada. Una de las leyendas cuenta que San Hadrían, patrón de estas tierras, acabó con una plaga de serpientes que las asolaban. Con un fuerte pisotón hizo que los reptiles desaparecieran debajo de la roca quedando petrificada una de ellas sobre la misma.



El puente sobre el Río Anllóns une los Concellos de Ponteceso y Cabanas de Bergantiños, tiene cinco arcos asentados sobre pilares que algunos atribuyen a época romana. Lo cruzamos para llegar a la Parroquia de Neaño donde está el Hotel Costa Verde en el que nos alojaremos esta noche.
El hotel es un establecimiento no demasiado grande construido, según las referencias, en 2003 aunque por el aspecto de las habitaciones que nos han dado parece haber sido reformado recientemente. Aún así tenemos un problema con el ascensor, que está averiado, por lo que tenemos que subir hasta el segundo piso por la escalera. Según nos dicen en recepción no estará solucionado antes de tres días, menos mal que viajamos ligeros de equipaje.
Salvo la avería reseñada, no tuvimos queja por la atención recibida, el trato fue amable e incluso nos facilitaron información adicional a la que yo había preparado para el viaje. Tampoco pusieron ningún problema para que tomásemos en la cafetería la empanada y el pan de huevo que compramos en Malpica que, como aviso a viajeros, no respondieron a la calidad esperada. Quizás el que fuese festivo y la aglomeración de pedidos fue el motivo de que las viandas no estuviesen en su punto pero he de dejar constancia de que esos productos, por poner un ejemplo, se encuentran con mayor calidad en la Panadería de Lorbé, que tenemos muy cerca de nuestro domicilio en Carnoedo.


Para acabar la jornada, en el hotel, nos recomiendan que vayamos a ver el Paseo Marítimo el cual en una extensión de casi cinco kilómetros transcurre por el Estuario del Río Anllóns. Nosotros no lo recorremos completo, ya es tarde, pero estamos el tiempo suficiente para volver a ver la silueta del Monte Branco y la Ensenada de Insua,  disfrutando de toda esta belleza mientras el sol se pone.










Sábado 25 de agosto, el día ha amanecido gris. Mientras desayunamos vemos como cae una ligera llovizna; ya lo habían anunciado los meteórologos de la TV, aunque también dijeron que a media mañana el tiempo cambiaría radicalmente. Con ese ánimo salimos de Neaño y nos dirigimos a Dombate donde visitaremos su famoso Dolmen. Antes nos detendremos con brevedad en el Castro de Borneiro.






Los indicadores para localizar este Castro no están demasiado bien colocados, o nosotros  los interpretamos mal, y nos vamos monte arriba por lo que al cabo de un rato debemos desandar el camino pero al final damos con él. 
Según nos informará después el guía que nos da las explicaciones del Dolmen de Dombate, lo que hemos visto del Castro de Borneiro es solo una pequeña parte en relación a lo que aún permanece enterrado pero los recursos económicos para seguir con las excavaciones son escasos. En esa misma situación se encuentran muchos Castros en diversas partes de Galicia.





El Dolmen de Dombate es seguramente el monumento megalítico más importante de Galicia y referencia para los que existen en otros lugares de España.  El lugar fue excavado entre los años 1987 y 1989 por el arqueólogo José María Bello Diéguez sufriendo posteriormente un proceso de abandono y dejadez hasta que en 2001 se creó un comité para evaluar el estado y los trabajos necesarios para su recuperación que culminaron en 2011 con el cierre de la cubierta actual.
Teniendo en cuenta nuestros pocos conocimientos en esta materia, la forma por parte del guía de explicar los pormenores  de estos monumentos de la Prehistoria hizo que  la visita resultase muy amena.  Escuchándole, pudimos adentrarnos  un poco en  detalles de como las personas vivían  en aquella época y de su motivación para realizar este tipo de  construcciones.

En Laxe habíamos finalizado nuestro primer viaje por La Costa da Morte y allí volvemos hoy para comer y también para que Pepi y Luís lo conozcan.


Recuerdo que, en aquel viaje, el día estaba nublado y la niebla impedía ver con cierta claridad, tal como se aprecia hoy, la vista de la Ría  con la Punta del Roncudo y Corme al otro lado.




El Faro de Laxe, no tiene ningún detalle sobresaliente fuera de las funciones que cumple como ayuda para la navegación pero desde su entorno los paisajes son esplendidos.




Cerca del Faro se ha establecido una zona de merendero con mesas de piedra y paredes circulares emulando a un castro celta. Es un lugar muy visitado por los lugareños que también aprovechan los turistas para unos momentos de reposo.



Aparcamos en el puerto y nos dirigimos a la Iglesia de Santa María de la Atalaia, llamada así porque está situada en un alto, sobre el puerto y porque su torre le da apariencia de fortaleza. Esto no es baladí pues efectivamente, en los muros que la rodean, se asentaban antiguamente unos cañones y desde la torre se vigilaba la entrada de cualquier nave enemiga o sospechosa de serlo a la Ría o al puerto.






En el atrio de la Iglesia podemos ver un Cruceiro y como curiosidad señalar que, en su día, los alrededores del templo fueron usados como Camposanto como atestiguan las lapidas que hay sobre la tierra.


De estilo románico, la Iglesia de Santa María tiene origen en el Siglo XIII con la construcción de la Capilla Mayor ordenada por Doña Urraca de Moscoso; a esta capilla se añadiría una nave rectangular y años más tarde la Torre Campanario. 
 

Hay pocos fieles visitando la Iglesia, lo que aprovecha, el que suponemos es el Sacristán, para explicar a Pepi la historia de todas las imagenes que hay en los diferentes altares y las bondades de la Semana Santa en Laxe. Mientras, yo, aprovecho para hacer las  fotografías de rigor.



Preside el Altar Mayor una imagen de La Virgen de la Atalaia, una figura medieval en piedra. Debajo de ella un friso medieval, también en piedra con cinco escenas de la Resurrección de Cristo.




El resto de imagenes que hay  repartidas en los altares laterales son del Siglo XVII y XVIII




Junto a la pila bautismal se encuentra  Santa Inés, una imagen gótica de piedra que donó a Doña Urraca de Moscoso su hermana mayor Doña Inés.



En el suelo de la Iglesia, al igual que en el exterior, también hay diversa tumbas con sus correspondiente lápidas. En el Altar Mayor, ocupando un lugar preferente, están las de los primeros Moscosos. Laxe pasó a ser dominio de la familia Moscoso-Altamira a partir de septiembre del año 1425 como dote otorgada por Don Fadrique, Duque de Arjona y Conde de Trastámara, a su prima Doña Juana de Castro que casó con Rodrigo Moscoso.
Camino del restaurante donde comeremos pasamos por varias de las calles típicas de Laxe, entre ellas la Rua del Arco




Dejamos Laxe y emprendemos el regreso hacia Carnoedo. No es el final de nuestro viaje pues aún haremos una parada en El Refugio de Verdes, cerca de Carballo. Es un lugar que vuelve a tener como protagonista al Río Anllóns, en una zona dedicada en la actualidad a ocio y esparcimiento y en la que antiguamente operaban varios molinos que aprovechaban el caudal del río para moler el grano.



No nos resulta sencillo llegar, solo hemos visto un indicador en todo el trayecto y al no conocer la zona vamos algo perdidos. Al final tenemos  suerte, preguntamos a dos jóvenes que están aparcados a un lado del camino y ellos, muy amablemente, se ofrecen a circular delante y llevarnos hasta el Área Recreativa.
La sequía de los últimos meses ha hecho que se reduzca el caudal del río lo cual le resta espectacularidad  pero aún así la belleza de este lugar es innegable. El conjunto que forman los  molinos y la vegetación;  el rumor del agua dando pequeños saltos  por los distintos ramales, bajo los puentes, hacen  de  Verdes un rincón único.
















Recorriendo El Refugio de Verdes, Luis se ha emocionado con el paisaje y, en posición de saltador de trampolín, desafiando el vértigo saluda, como Jesús, a la multitud subido al tronco de un árbol .



La salida de Verdes y el retorno a la carretera de Carballo resulta fácil ahora que conocemos el camino. Noto la falta de costumbre al conducir, normalmente solo lo hago cuando estoy en Galicia, y me apetece llegar a casa. No obstante doy por bueno el cansancio después de estos dos días recorriendo, una vez más, procuraré que no sea la última, estos paisajes únicos de La Costa da Morte.



25 de agosto de 2017

Matías Ortega Carmona